si pudieras sentir mi mano dentro de tu boca
arrojar la saliva de tu nariz
esparcirla por tus ojos
comprenderías aquel pasaje que siempre te leí

la estela del resplandor de los no recuerdos.
tus ojos,
los chupo.

el humor de tus ojos resplandece nada distante
buscando a todos con tus secreciones diáfanas, vírgenes
la velocidad del ritmo de una muerte violenta
el deseo de acabarte

saber lo que nos hace resbalar, nosotros
el líquido amniótico de la madre a la que siempre nos parecemos
son la piel mas sensible de tus manos
permitime orientar tus orificios al placer

la única consigna es no ser de nadie

las resoluciones no sólo son únicas, acentuación inverosímil del ritmo de tus labios
alejalos para poder desear el menor contacto posible, enloquecer con la vastedad de tu putes

la erosión de tus palabras reconcome la silueta de mis deseos
inefable sombra de una figura que estremece diminuta
agachate para poder descansar y olvidarte que tenés que pararte
antes de que nos ataquen extranjeros de la mente

parecés lo que siempre estuvo a mi alcance
adentro mío, adentro de tantos más
rozar tus mejillas con lo más íntimo de mí,
levantar mis uñas y ofrecerte la intimidad inasible

conocer cuerpo mediante
agarrarme para llevarte

tomar
encendido
lléva